El bochornoso episodio vivido con motivo de las declaraciones públicas del director técnico de la selección argentina de fútbol confirma que, tal vez, uno de los signos característicos de estos tiempos sea la pérdida de la conciencia de lo que cada uno de nosotros representa para los demás. Así, por ejemplo, los padres y los maestros no estamos siempre dispuestos a hacer el esfuerzo que supone cumplir el rol que nos define como tales cuando elegimos ser los amigos, que no somos, de nuestros hijos o alumnos.Muchas veces los dirigentes políticos no toman plena conciencia de que las palabras que pronuncian y, sobre todo, la actitud y el tono en que lo hacen ejercen una poderosa influencia sobre la conducta de quienes los escuchan. Es evidente que los medios de comunicación han contribuido a desdibujar la distinción entre la esfera pública y la privada, así como a privilegiar la expresión espontánea de cualquier persona que se acerque a un micrófono o que enfrente una cámara de televisión, sin importar, en absoluto, el modo en que se exprese o se comporte.Estas reflexiones están motivadas en el insólito episodio comentado, que, por la naturaleza de la actividad a la que está vinculado, presenció el mundo entero. Esas declaraciones no fueron producto de un impulso, ya que se produjeron varios minutos después de concluido el partido mediante el que la selección argentina de fútbol obtuvo la bienvenida clasificación para participar en la competencia mundial de Sudáfrica. Usando expresiones que difícilmente puedan llegar a emplearse, ni siquiera en torno a la mesa familiar, y haciendo gala de una explosiva violencia reprimida, asistimos azorados a las más increíbles invectivas del director técnico contra quienes se han referido de modo crítico a su trabajo o al del equipo.
Más allá del hecho de que algunos de esos comentarios puedan haber sido injustificados, de que bajo el manto del periodismo se cubren no pocas personas sin capacidad ni formación para ejercer tan trascendente actividad, nuestra sociedad funciona sobre la base del reconocimiento de que el otro tiene el derecho a expresar su opinión. El uso de descalificativos denigrantes y vulgares, la afirmación de que se tendrá memoria de lo que alguien dijo, prenunciando alguna venganza, constituyen circunstancias alarmantes, sobre todo en la medida en que ese mensaje violento es amplificado hasta la saturación dentro de cada hogar.
De allí surge la preocupación por esa falta de conciencia del papel que a cada uno de nosotros le cabe en la sociedad. Aun si se experimenta resentimiento, aun si éste es genuino, la percepción del rol hace que no deba exhibirse en público. Hay instancias en las que las formas son el fondo. Que se lo muestre públicamente confirma que se ha perdido la concepción del límite, la percepción de la influencia que tiene la exposición de las personas ante millones de espectadores.
La intervención que comentamos, neutraliza la tarea de miles de padres y de maestros que en hogares y en aulas, cada día, tratan de hacer mejores a niños y jóvenes, intentan sacar a luz sus facetas más solidarias, corrigen con atención aquellos signos de violencia e intolerancia que advierten en sus conductas. También sugiere una peligrosa impunidad, al comprobar que esa actitud de soberbia y de grosería ha sido luego justificada por quienes están en una posición jerárquica que les permitiría sancionar a quien en ese momento representa a un país o, al menos, esbozar aluna crítica por la responsabilidad institucional que les cabe.
Asimismo, se afirma cada vez más una tendencia evidente en nuestra sociedad, y en la que ya resulta un lugar común insistir, que coloca en los demás la responsabilidad de lo que en cualquier ámbito nos sucede. Ahora se ha convertido al periodismo en el artífice de todos los males, aun de aquellos que vemos con nuestros propios ojos desarrollarse ante las cámaras de televisión.
Si, en el caso comentado, la actuación de un futbolista decepciona a millones de espectadores que lo ven moverse en directo, corresponde a los periodistas que confirman tan mal desempeño la responsabilidad de que la gente juzgue críticamente a ese deportista. Y ese ejemplo podría extenderse a muchas otras esferas de la actividad social.
Es preciso elogiar el que la furibunda y grotesca reacción comentada contrasta con los juicios que uno de los destacados deportistas que participaron en ese encuentro futbolístico expresó ante los periodistas, aún antes de abandonar el campo de juego. Las palabras del señor Juan Sebastián Verón constituyeron un ejemplo de sensatez y equilibrio, al señalar virtudes y defectos, al proponer una seria instancia de reflexión sobre lo hecho y lo que queda por hacer.
Seguramente la desbordada demostración de grosero revanchismo de la que fue testigo la audiencia planetaria quedará como una anécdota más, ya que nos vamos acostumbrando, insensiblemente, a que en nuestro país violento, más bien violentado, todo resulte posible.
Efectivamente, con la mayor impunidad se puede mostrar a los demás lo peor de uno mismo, se pueden exponer públicamente los más bajos sentimientos Para peor, la exhibición de lo vulgar que nos ahoga se transforma en un buen negocio. Sin ninguna duda, la avalancha de reiteraciones de este episodio a la que nos veremos sometidos en las próximas horas, hasta que no quede nadie sin haber participado de él, sumará mucho tiempo de la vida de muchas personas. Ese mismo tiempo que es nuestra más preciada propiedad y que se comercializa, sin que lo advirtamos, cada vez que volvemos a escuchar las expresiones destempladas que contribuirán, de manera casi inadvertida y sigilosa, a construir el interior grosero, violento y vulgar de chicos y grandes, responsable de un entorno social en el que cada día resultará más difícil vivir.
El autor es médico, científico y académico; fue rector de la UBA.
sábado, 17 de octubre de 2009
lunes, 5 de octubre de 2009
se acerca el día de la madre
Las mamás
Siempre que quieren hablar de madres en la televisión muestran mujeres con chicos en los brazos, sonrientes, dulces, cariñosas, sin una pizca de cansancio, espléndidamente maquilladas y a eso agregan maravillosas frases de posters.
Mentiras !!!
Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrifico y aguerridas guerreras que todo lo pueden.
Las mamás lloramos abrazadas a la almohada cuando nadie nos ve, pedimos la peridural en el parto y puteamos en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2 de la mañana para ir a buscarlos a una fiesta.
Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice 'enano' o 'cuatro ojos', y les damos toda clase de explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cogote del pequeño verdugo entre nuestras manos.
Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja la nota porque no saben cuántos metros mide el Aconcagua que, al final, a quién cuernos le importa.
Pero no lo podemos decir.
No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar un Patty a la plancha.... Es que tenemos miedo de que no crezcan como se debe.
No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un saquito... Es que tenemos miedo de que se enfermen.
No es que los queramos más cuando se bañan.... Es que no queremos que nadie les diga roñosos.
No lo hacemos por Uds. Lo hacemos por nosotras.
Porque ser mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinetas.
Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran. NADA, nunca, jamás.
Ustedes nos hacen felices.... cuando les encantan nuestras milanesas, cuando nos consideran sabias por contestar todas las preguntas de los concursos de la tele.
Cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles consuelo y curitas.
Cuando recién levantadas nos dicen, qué linda que estás, mamá.
Ustedes nos hacen mejores.
Nos dan ganas y fuerzas. Nos comeríamos un gurka crudo antes de que les toque un dedito del pie. Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber que la vida es buena, aunque nos vaya como el reverendo...
Cantamos las canciones de Chiquititas y vemos Barney y escuchamos a Los piojos y compramos Nopucid y repasamos 500 veces la tabla del 2 y arreglamos el carburador para llevar a los pibes a fútbol, a inglés, a dibujo, a la psicóloga, a basquet, a volley, a danzas, a la casa de la amiga, a la maestra particular, al dentista, al médico, a comprar un pantalón...
Y armamos 24 bolsitas con anillitos y pulseritas y tratamos de que la torta parezca un Pikachu y nos buscamos otro trabajo y sacamos créditos y nos compramos libros y vamos al psiquiatra y al pediatra y a los videos y negociamos con los maestros y los acreedores y recortamos figuritas y estudiamos junto a ustedes ríos, provincias, las capitales de los países de Europa y nos ponemos lindas y nos enojamos y nos reímos y nos salimos de quicio y nos convertimos en la bruja y la princesa de todos los cuentos....
Sólo y exclusivamente para verlos felices.
VERLOS FELICES ES LO QUE NOS HACE FELICES. Ojalá pudiéramos pegar el mundo con cinta scotch (como el velador que cayó en combate en la última guerra de pijamas party), para que fuera un lugar mejor para ustedes.
GRACIAS POR HACERME SU MAMÁ. GRACIAS POR HACERME TAN IMPORTANTE.
Gracias, por esas porquerías que hacen en el colegio con corchitos y escarbadientes (que casi nunca entiendo para que sirven pero guardo religiosamente),
Gracias por los abrazos, los besos, las lágrimas, los dolores, los dientes de leche, las cartitas, los dibujos en la heladera, el Amoxidal, por tantas noches sin dormir, los boletines, las plantas rotas del jardín por jugar a la pelota, por mi maquillaje arruinado por ser usado para jugar a la mamá, por las fotos de la primaria .....
Son mis mejores medallas. Gracias porque LOS AMO. Y ese, es el amor que me hace grande.
LO DEMAS ES MARKETING.
trabajar como perro
Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trató de espantarlo, pero el perro volvió.
Nuevamente intentó espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico.
Curioso el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete de 100 pesos y una nota que decía; Podría mandarme con el perro 1Kg. de carne molida de res y 1/2Kg. de pierna de cerdo?
Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó la carne molida y la pierna de cerdo en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvidó darle el cambio al perro.
El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.
Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmó, cogió la bolsa en el hocico y salió del establecimiento.
El carnicero, impresionado, decidió seguir al can y cerro a toda prisa su negocio.
El animal bajó por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardó para poder cruzar.
Luego atravesó la calle y caminó hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero.
El carnicero, boquiabierto, observó que el can erguido sobre las patas traseras, tocó el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico...
Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzó contra esta, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie contestó en la casa.
En el colmo del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, tocó con las patas en el vidrio varias veces sin soltar la bolsa; luego regreso a la puerta.
En ese momento, un hombre abrió la puerta... y comenzó a golpear al perro! El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole: Por Dios, amigo Que es lo que está haciendo? Su perro es un genio!.... Es único!
El hombre, evidentemente molesto, respondió: Que genio ni que coño!! Esta es la segunda vez en esta semana que al muy estúpido se le olvidan las llaves.... y yo en el baño.
MORALEJA:
Por más que te esfuerces y cumplas mas allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que el quiere.
Reenvía esta moraleja a quien creas que trabaje como PERRO..
"No te tomes tan en serio la vida.....al fin y al cabo no saldrás vivo de ella!!"
jueves, 1 de octubre de 2009
la primavera
Podrán cortar todas las flores, pero nunca detendrán la primavera. (Pablo Neruda)
http://www.youtube.com/watch?v=lD-GyAwqC9s
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